Piscina cerrada al público pero abierta al partido...

Granados (segundo por la izquierda) y Boza (primero por la derecha) Foto: www.elplural.com

El Sábado 23 mientras España y Francia se jugaban el pase a semifinales de la Eurocopa 2012 el Partido Popular de Valdemoro celebraba una fiesta en el recinto de la piscina municipal del municipio. Curiosamente esa instalación pública permanece cerrada a los vecinos. A la fiesta acudieron entre otros el mismo alcalde, José Carlos Boza, y el exconsejero de la Comunidad de Madrid y de quien dicen sigue siendo el hombre fuerte del PP en Valdemoro, Francisco Granados. A ambos se les pudo ver muy contentos dando cuenta de la paella gigante que para el evento se realizó.

Un vídeo aparecido en la red Youtube también cuenta otros aspectos relacionados con el acontecimiento como los coches mal aparcados de los asistentes como el del jefe de la policía local, el uso de servicios públicos (o de la contrata FCC) para la limpieza o la instalación de castillos hinchables para los niños.

La piscina cerrada

La piscina municipal de Valdemoro permanece cerrada a causa, según fuentes municipales, de una avería. En concreto se habla de una fuga de agua, aunque este hecho podría conocerse desde el año 2005 y desde entonces las actuaciones no han servido para arreglarla, muy al contrario ya que el desperfecto ha ido empeorando paulatinamente. En esos años el municipio ha accedido a programas de inversión como el PRISMA pero sus fondos se han utilizado en otras actuaciones y nunca para intentar dar una solución al problema.

Otras fuentes indican que, en realidad, el problema son los recortes y ajustes económicos que se están haciendo en un municipio que ha sufrido como el que más el impacto del pinchazo inmobiliario puesto que una piscina abierta necesitaría un equipo sanitario y de socorristas. Curiosamente, y tras empezar a correr como la pólvora la información de la fiesta privada del sábado, la única respuesta municipal ha sido la de abrir únicamente una parte minúscula de la piscina en concreto la que usan los niños más pequeños.

Independientemente de los problemas técnicos que puedan existir para no abrir la piscina o la forma de aplicar los recortes desde el Ayuntamiento valdemoreño, da la sensación que este caso es un ejemplo de visión patrimonial del poder, en la que lo público y lo privado se confunden y se da una sensación de soberbia al utilizar con tanta impunidad un espacio tan añorado y solicitado en las últimas semanas por los ciudadanos de la localidad.